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¿Bestia o mascota modelo? El Dogo Argentino entre el horror y el corazón tierno

En las últimas horas una jubilada vivió la peor pesadilla cuando su perrita fue atacada en Barrio Norte, a unos kilómetros, Rudo, un Dogo influencer de más de 50 kilos, dormía la siesta después de una sesión de caricias. ¿Cuánto influye la crianza en el comportamiento de una raza con fama de temible? La historia de dos realidades muy distintas.


Una salida habitual, un final brutal


Eran cerca de las 18 horas del miércoles cuando una vecina del Barrio Norte de La Plata decidió sacar a pasear a su perrita Mora, una pequeña Shih Tzu que solía recorrer la cuadra como parte de su rutina diaria. Pero ese paseo terminó en tragedia.

Dos Dogos Argentinos escaparon por un portón mal cerrado y la escena se volvió una pesadilla: “La destrozaron”, contó un testigo. A pesar de que la dueña intentó separarlos y logró llevar a Mora a una veterinaria cercana, la perrita murió a los pocos minutos.

La zona, con alta circulación escolar, quedó conmocionada. Varios vecinos aseguran que los Dogos ya habían mostrado actitudes agresivas en el pasado y que no era la primera vez que escapaban. “No entendemos cómo no tomaron precauciones. Un portón sin traba no es algo menor si tenés ese tipo de perros”, dijo una vecina de la cuadra.


Rudo, el Dogo influencer que duerme con peluches


Mientras en La Plata se debatía sobre la responsabilidad de los dueños y el control de razas potencialmente peligrosas, en Punta Lara, a solo unos kilómetros, un  Dogo Argentino vive una realidad completamente diferente.

Rudo, aunque su nombre intimide, es más bueno que Lassie. Duerme dentro de la casa, tiene juguetes y su rutina diaria incluye caricias, paseos a la costanera y, por supuesto, grabar contenido para sus redes sociales. Su cuenta de TikTok, @soyrudo.dogoargentino_, suma casi 200 mil reproducciones.

Rudo también fue campeón de "estructura y belleza" de la raza. Su adiestrador lo lleva a competencias en distintos puntos del país, donde se luce por su contextura, su comportamiento dócil y su entrenamiento. "Es un perro gigante, sí, pero más bueno que el pan. Le encantan los nenes, y nunca mostró una actitud agresiva con nadie", cuenta su dueño con orgullo.

 


¿Problema de raza o de crianza?


El caso de La Plata reavivó un debate tan viejo como incómodo: ¿los perros nacen peligrosos o se hacen peligrosos?

“El Dogo Argentino no es una raza agresiva por naturaleza, pero sí es poderosa. Su comportamiento depende muchísimo de la socialización, el adiestramiento y el entorno donde se cría”, explica la veterinaria y etóloga Valeria Moyano. “Cuando un perro de estas características no recibe límites claros ni atención, puede volverse impredecible”, agrega.

De hecho, en varias provincias del país se exige que este tipo de razas sean paseadas con correa corta, bozal y bajo supervisión constante. En algunos países incluso se requiere licencia especial para tener uno.


Dos caras, una misma raza


Rudo y los Dogos agresores de La Plata son parte de la misma especie. Pero mientras unos duermen entre peluches, otros protagonizan titulares escalofriantes. En el medio, una pregunta incómoda: ¿estamos preparados para tener animales tan potentes?

 

Mientras tanto, Rudo  sigue subiendo videos donde lo peinan para un concurso y recibe mimos al ritmo de "reguetón". Y Mora, la perrita de Barrio Norte, deja un vacío enorme en el corazón de su dueña, que todavía no entiende cómo un paseo tan simple pudo terminar en tragedia.