Opinión

Cuáles son los beneficios del Exiting, el arte de dejar la empresa sin dejar la vida

Hace muchos años, un dirigente político sorprendió a su audiencia diciendo que las cosas iban a ocurrir “conmigo o sinmigo”. Más allá de las reglas del idioma, yo uso “sinmigo” como una especie de marca personal, que denota el camino que elegí después de liderar, primero mi Estudio Jurídico y luego mi consultora de empresas familiares, desde 1978

Sinmigo” no es un impulso de último minuto, en realidad es un modo de encarar la actividad profesional y empresarial, que me llevó a escribir, en 2011, el libro “Exiting, el arte de dejar la empresa sin dejar la vida”.

¿Y qué es el exiting? Es el proceso que recorre el titular de una empresa o de un estudio profesional, que establece sus objetivos para poder retirarse, tomando en cuenta el impacto económico, financiero, legal, de liderazgo, y su propio impacto emocional


¿Qué impide el exiting? 


Ideas como “nadie puede hacer las cosas como yo”, o “yo tengo la empresa en mi cabeza, sin mí no podrían hacer nada”. 


¿Cuáles son los beneficios del Exiting?


Resulta que, si yo no tengo que estar en el día a día, tengo más posibilidades de observar a la empresa en su conjunto, de identificar las oportunidades de mejora, contratar a quienes van a llevar esas mejoras adelante, y preparar a la empresa para que resista cualquier embate de la realidad. 

Pensemos que el retiro no es un evento, sino un proceso, que tiene un punto de inicio, un desarrollo y un momento de culminación. Por lo tanto, implica prepararse personalmente, y luego encontrar la mejor manera de ejecutarlo.


¿Cuál es la mejor manera de hacerlo?


A veces, la salida del Fundador consiste en aceptar que sus hijos pueden ser sólidos continuadores en la empresa, para lo cual es necesario prepararlos con tiempo. 

Otras veces, en especial cuando no hay personas con vocación y capacidad dentro de la familia, hay que pensar en preparar a la empresa para venderla, o asociar a un tercero que aporte dinero y experiencia, a fin de que, en la práctica, sea quien dirija la empresa en el futuro, en tanto que el Fundador mantiene una participación como accionista inversor.

También, entre el personal, algunos pueden tener capacidad y vocación de líderes, para pasar de empleados a dueños. Cada situación requiere un análisis imparcial para encontrar la mejor salida.

Sea para traspasar la empresa a los hijos, para venderla a terceros o al personal, o para incorporar socios, hay requisitos ineludibles. Deben establecerse claramente las funciones, objetivos y responsabilidades de cada uno. 


Es necesario un plan estratégico


Quienes queden a cargo deben tener vocación, sentido de responsabilidad y conocimientos adecuados para su nuevo rol. 

Son imprescindibles los mecanismos de control, siempre que el Fundador mantenga algún interés, sea como socio o como acreedor. No es un proceso individual, sino interrelacionado con otros (la organización, la familia).


¿Cuáles son los riesgos?


El empresario ya está casi convencido de que debe encarar este proceso. Sin embargo, algunas dudas le quitan el sueño: 

¿Qué va a pasar con mis proyectos si no estoy ahí para defenderlos?

¿Qué va a pasar con mis finanzas, si no tengo a la empresa como respaldo? (¿acaso existe alguna inversión realmente segura? 

¿Y si los que vienen no saben manejar la empresa?

¿Qué voy a hacer con mi tiempo libre?


Un viejo refrán dice: “creas que vas a poder, o que no vas a poder, en los dos casos tendrás razón”. 


El proceso de exiting requiere, como primera medida, un acto de fe, a partir del cual es necesario un compromiso consciente para preparar a los continuadores, y organizar la empresa, para que pueda sustentarse de la mejor manera. Para que las cosas puedan funcionar, conmigo o “Sinmigo”.


Por Leonardo J. Glikin. Director de CAPS Consultores (www.caps.com.ar/).