Política
Tormenta y granizada de panfletos en Berisso
Todavía no se largó a tormenta, pero en Berisso hubo granizó, pero de panfletos. En el centro de la escena, la directora de Control Urbano, Gabriela Di Lorenzo, vuelve a ser la protagonista involuntaria de esta telenovela con tintes de thriller político.
Di Lorenzogate
Días atrás, la funcionaria fue señalada como "traidora al peronismo", algo que en el ecosistema político local es casi tan grave como estacionar en doble fila frente a la municipalidad. Pero ahora, los papeles callejeros han elevado la apuesta con el "Di Lorenzogate", acusándola de camaleónica, sin agrupación, sin estructura y sin historial de lucha.
Mientras tanto, en las calles, el secuestro de motos sigue siendo el otro gran escándalo de la temporada. Algunos dicen que la funcionaria está detrás de esta cacería, otros creen que es parte de una conspiración más grande que la de los ovnis en el Área 51. Lo cierto es que las motos desaparecen con una velocidad envidiable y los conductores empiezan a sentirse como personajes de una película de terror mecánico.
Di Lorenzo salió al cruce
La propia Di Lorenzo no tardó en responder a los ataques, advirtiendo que exhibir el rostro de una mujer en un contexto de confrontación política es un acto de violencia de género. En paralelo, los panfletos prometen que el escándalo "continuará", dejando la puerta abierta a nuevos episodios de esta historia que mezcla política, tránsito y guerra de afiches.
¿Es Di Lorenzo la gran villana de la historia? ¿O es simplemente una política más, intentando sobrevivir en el ecosistema salvaje del control urbano? Lo único seguro es que en Berisso, ni las motos ni los volantes descansan.