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¿La agresividad canina es un problema de razas? expertos desmienten mitos y ofrecen soluciones prácticas
La problemática de la agresividad en los perros se convierte en un tema recurrente en los medios de comunicación, especialmente cuando se producen ataques que afectan a personas, muchas veces dentro del círculo familiar del animal. En esta ocasión, en una nueva edición de Data Animal, tuvimos la oportunidad de dialogar al respecto con Juan Manuel Liquindoli, experto en Etología Clínica y adiestrador canino, quien desmitificó ciertas creencias sobre la agresividad canina y brindó consejos sobre cómo abordar este comportamiento.
Liquindoli comenzó explicando que la agresividad no define la esencia de ningún animal ni de una raza en particular, sino que es una conducta que puede manifestarse en determinados contextos para resolver conflictos. Es importante entender que la agresividad es una conducta normal dentro del repertorio comportamental de los perros y que puede ser adaptativa en ciertas situaciones.
Los signos más evidentes de la incomodidad o el momento agresivo de un perro incluyen el gruñido, el levantamiento de los belfos y mostrar los dientes. Estas son señales comunicacionales de amenaza que indican que el perro se siente incómodo ante una situación. Es crucial prestar atención a estas señales para evitar situaciones de agresividad.
En cuanto a la diferencia entre la agresividad y la reactividad, Liquindoli explicó que la reactividad implica una activación del sistema nervioso simpático del perro ante un estímulo determinado, preparándolo para la lucha o la huida. Esta reacción puede manifestarse como miedo, ansiedad o agresividad, dependiendo del contexto y las experiencias previas del animal.
En relación con cómo debemos reaccionar ante la agresividad de un perro, el experto enfatizó la importancia de no castigar las señales comunicacionales previas, como el gruñido, ya que esto puede llevar al perro a omitir estas señales y pasar directamente a la conducta agresiva. Es fundamental aprender a leer las señales de incomodidad de nuestro perro y actuar de manera apropiada para prevenir situaciones de agresividad.
En cuanto a las causas de la agresividad en los perros, Liquindoli señaló que es un fenómeno multifactorial, influenciado tanto por factores genéticos como ambientales. Las experiencias traumáticas, la falta de socialización y el miedo son algunos de los factores que pueden predisponer a un perro a desarrollar problemas de agresividad.
Por último, el experto destacó que no hay razas genéticamente más agresivas que otras, ya que la heredabilidad de la agresividad en los perros es baja. El factor más influyente en el desarrollo de la agresividad es el contexto y las experiencias que el perro tiene a lo largo de su vida.