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Antracita: suspenso Alpino y misterio de la secta, la serie que engancha

Antracita, la serie francesa que es el rey del mambo en Netflix, arranca con un pedo en la montaña. Te cuento, en un pueblito de los Alpes, se arma un revuelo cuando encuentran a una mina asesinada al estilo de una secta que pegó un suicidio masivo en el '94. La historia nos lleva de la mano de Jaro Gatsi, un pibe que cayó en la zona para enderezar su vida, pero lo acusan de la movida. Ahí empieza una lucha para demostrar que es inocente, con la ayuda de Ida, una loca fanática de la tecnología que anda buscando a su viejo desaparecido.

Antracita es una mezcla de thriller policial y true crime, que te engancha al toque con su enredo de misterio y drama. Y lo más heavy es que está basada en una historia posta: el suicidio grupal de una secta en los Alpes en '94. Re jodido.

Los cerebros detrás de este quilombo son Fanny Robert, Maxime Berthemy y Mehdi Quahab, que le dieron vida a este episodio oscuro con una narrativa que te mantiene en vilo. Te cuento que la serie teje una trama alrededor de una mina que busca a su viejo, un periodista que desaparece después de años investigando a la secta. A la par, se devela la historia del hijo de una mina que estaba destinada a seguir los pasos de esta banda, y te deja pensando hasta en los límites entre la fe y la locura.

La elección de los Alpes suizos como escenario no es casualidad, eh. La belleza de la montaña contrasta un montón con la oscuridad de los eventos, creando un clima de misterio que te atrapa al toque. La crítica francesa la compara con Twin Peaks y Los ríos de color púrpura, ¡tremendo!

El elenco también la rompe: Hatik, el rapero conocido, y Nómie Schmidt, que hace de la hija del periodista, se mandan unas actuaciones que te vuelan la peluca. Se meten en las profundidades psicológicas y sociales de la trama, explorando el fanatismo y los secretos familiares. Un golazo.

La historia real detrás de Antracita es escalofriante. Luc Jouret y Joseph Di Mambro eran los líderes de una secta llamada Orden del Templo Solar. Pegaron el suicidio colectivo en el '94, y ahí descubrieron que estos tipos tenían un quilombo financiero y psicológico tremendo. Por suerte, esa historia oscura ya quedó en el pasado, pero Antracita nos trae esos fantasmas al presente.

Así que si querés pasar un buen rato y a la vez reflexionar sobre la condición humana, tirate a ver Antracita. Te prometo que no te va a decepcionar.