Política
La CGT dividida por la protesta conta la Ley Bases: Pablo Moyano humilla a los gordos
La Confederación General del Trabajo (CGT) se ve envuelta en un nuevo episodio de sus tradicionales divisiones internas. Esta vez, la discordia se manifiesta durante la movilización convocada desde las 9 de la mañana frente al Congreso, coincidiendo con la discusión en el Senado sobre la Ley Bases, impulsada por el kirchnerismo y apoyada por Pablo Moyano (Camioneros), aunque el resto de la cúpula de la CGT no se sumó oficialmente a la convocatoria.
Las marcadas diferencias en torno a la concentración, que busca presionar a los senadores para que rechacen la iniciativa promovida por Javier Milei, han vuelto a generar un clima de creciente tensión en la CGT.
El sector dialoguista, mayoritario en la central, decidió dar libertad de acción a los sindicatos para que decidieran si sumarse o no a la movilización.
Pablo Moyano, por su parte, aceptó esta postura, aclarando que él y sus aliados gremiales del Sindicato de Camioneros, estarían presentes en la calle.
El hijo mayor de Hugo Moyano decidió liderar la convocatoria tras recibir el pedido de Cristina Kirchner y su hijo Máximo. A través de dos alfiles del moyanismo, Mario Manrique (SMATA) y Abel Furlán (UOM), se logró convencer al dirigente camionero de impulsar la protesta contra el Gobierno desde la estructura de la CGT.
El 3 de junio, en ausencia de los dirigentes dialoguistas, Pablo Moyano utilizó la sede de la CGT para organizar un acto propio, presentado como un encuentro de regionales cegetistas. En dicho acto, se aprobó por aclamación la movilización al Congreso.
Moyano estuvo acompañado por sus leales, sindicalistas kirchneristas, funcionarios del gobierno de Axel Kicillof, ex miembros del ex gobierno de Alberto Fernández, representantes de movimientos sociales y trotskistas, como Alejandro Crespo del Sindicato del Neumático.
Este evento dejó en evidencia una grieta en la CGT que, hasta entonces, había estado apenas disimulada por la campaña electoral de 2023. Por un lado, están los dialoguistas, que incluyen a “los Gordos” como Héctor Daer (Sanidad) y los independientes Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), junto a aliados como Sergio Romero (UDA), Jorge Sola (Seguro) y Julio Piumato (Judiciales).
Del otro lado, Pablo Moyano con su núcleo duro: Omar Plaini, de canillitas; Cristian Jerónimo, del vidrio; Graciela Aleñá, de viales, y Pablo Flores, de empleados de la AFIP, y los sindicalistas alineados con el kirchnerismo como Mario Manrique (SMATA), Abel Furlán (UOM) y Sergio Palazzo (Bancarios).
El viernes pasado, algunos de estos aliados, sin la presencia de los dialoguistas, acompañaron a Moyano en una conferencia de prensa en SMATA. En esta ocasión, Moyano fue más cauto y evitó mencionar a la CGT como promotora de la movilización.
La conferencia contó con la presencia de Ricardo Pignanelli, titular de SMATA, y representantes de las dos CTA, organismos de derechos humanos y movimientos sociales. "Que los senadores piensen: o se convierten en héroes de la Patria o en traidores", advirtió el secretario adjunto de Camioneros.
La movilización se convierte así en un test para medir el grado de enfrentamiento dentro de la CGT. Los dialoguistas impidieron que la CGT convocara oficialmente y tampoco lo hizo la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), liderada por Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), un moderado al que Moyano quiere desplazar sin éxito.
El sector moderado de la CGT no desea aparecer boicoteando una protesta contra la Ley Bases y así evitar el costo político de favorecer al Gobierno. Por eso, algunos líderes dialoguistas podrían enviar una columna liderada por segundas o terceras líneas de sus sindicatos o estar presentes simbólicamente. Héctor Daer, recién llegado de la conferencia de la OIT en Ginebra, podría acompañar a Moyano para evitar una imagen de ruptura interna.
Los dialoguistas se oponen a la Ley Bases, pero adherir a la protesta rompería puentes con el Gobierno y fortalecería a Moyano y su alianza con Cristina Kirchner, algo que desean evitar. Gerardo Martínez, uno de los líderes moderados, no estará en el país ya que participará de una audiencia con el papa Francisco en el Vaticano.
En medio de estas tensiones, la presencia de Hugo Moyano, en silencio sobre la convocatoria de su hijo mayor, es una incógnita. Este silencio podría interpretarse como un distanciamiento del líder camionero respecto a Pablo, ahora aliado nuevamente con el kirchnerismo y la izquierda.
Este capítulo de tensiones internas refleja la complejidad de la política sindical argentina y el delicado equilibrio que la CGT debe mantener en medio de la coyuntura política actual.