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OPINIÓN | Hasta pronto, compañero y amigo Tourville: un peronista despide a otro peronista

Vine de Rojas, mi querida ciudad, a La Plata, a estudiar periodismo a principios de los 90, y fui a parar al CEUR (Centro de Estudiantes Universitarios de Rojas), un lugar para pibes de escasos recursos, en calle 2 entre 59 y 60.

Al lado, vaya casualidad, estaba un local peronista de la agrupación Pueblo, cuyo referente era quien posteriormente se transformará con los años mi mentor político e ideológico: Antonio “El Loco” Tourville.

Lo conocí descargando mercadería para repartir entre los barrios más humildes de La Plata, nos hicimos amigos, empecé a militar con él, me ocupé de los comunicados de prensa, y fui su mano derecha durante largos años.

En tiempos de menemismo enfrentamos al entreguismo liberal acompañando a Saúl Ubaldini como candidato a gobernador bonaerense de la agrupación Paz, Pan y Trabajo. Sacamos cuatro votos. El duhaldismo nos hizo percha.

Luego nos asociamos políticamente al sector histórico denominado Peronismo Peronista, comandado por el compañero de SOEME Antonio Balcedo, a quien le debo mi puesto de redactor político en el diario Hoy de La Plata, el cual creó junto a sus hijos Marcelo, Myriam y su esposa Nené.

Públicamente Antonio Tourville denostaba en sus discursos al actual intendente de La Plata, Julio Alak. Pero en privado, al contario, lo admiraba y estaba orgulloso de haber militado en el mismo espacio: el FRUP (Frente de Unidad y Renovación Peronista).

Antonio Tourville se hizo ultra kirchnerista. Quizá porque era oriundo de Río Gallegos y fue a la escuela con Néstor Kirchner, eran amigos y hasta jugaron juntos al básquet. Y amaba profundamente a Cristina Fernández, y la admiraba. ¡Cuánto la admiraba!.

Yo, todo lo contrario. Peronista dogmático, doctrinario, siempre pensé que el kircherismo fue una desviación de izquierda del justicialismo, como lo fue el menemismo cuando pegó un giro a la derecha asociándose con Bunge y Born, a Cavallo y la Ucedé.

Antonio Tourville militó hasta el último día de su vida en el kirchnerismo, y estaba convencido que ese era el camino. Yo me dediqué al periodismo con Agencia NOVA, Multimedios que fundé, pero me parece que las circunstancias me obligan a volver a militar. No voy a tolerar que un psiquiátrico de Open Door que responde a las Multinacionales y al Imperio Yanqui hipoteque el futuro de mis hijos y mis nietos por venir.

Lo mío no es adiós. Es simplemente hasta pronto, mi querido amigo y compañero peronista Antonio Tourville.

Agradecido por haberme matado el hambre, por darme laburo, por enseñarme doctrina, por permitirme militar con vos, por caminar la calle juntos. No hay palabras suficientes, amigo. No hay palabras, Antonio.

Y no te vas…

Porque estás en la memoria de cada compañero que lucha por la justicia social, la independencia económica y la soberanía política.

No te vas porque estás en cada página de la doctrina peronista: Conducción Política, La Hora de los Pueblos, La Razón de mi vida…

No te vas, porque donde hay una necesidad hay un derecho, y tu espíritu va a estar ahí, siempre presente.

Voy a extrañar nuestras discusiones acaloradas y subidas de tono, y tus chistes plagados de ironías. Me hacías rabiar y reír a la vez.

Espero que descanses junto a Perón y Evita, Valle, Cogorno, Felipe Vallese, José Ignacio Rucci, y todos los mártires del Movimiento Nacional.

Presente, compañero Antonio Tourville.

¡Viva Perón! ¡Viva Evita! ¡Viva la Patria, carajo!

Mario Casalongue, Militante peronista.