El PRO frente al abismo político: dará pelea o se entregará
El estrecho vínculo entre Javier Milei y Mauricio Macri desató una crisis en el PRO que podría marcar su futuro en las próximas elecciones legislativas. ¿Es este el principio del fin para el partido amarillo?
Desde el inicio del gobierno de Milei, el ex presidente Macri se posicionó como una figura clave al aportar cuadros políticos al gabinete libertario. Incorporaciones como Patricia Bullrich (Seguridad), Luis Caputo (Economía) y Federico Sturzenegger (Desregulación) consolidaron su influencia, pero esta táctica, útil en los primeros días del mileísmo, se transformó en un problema con el fortalecimiento del espacio libertario.
El resultado: una fuga constante de dirigentes PRO hacia La Libertad Avanza (LLA). La reciente salida de referentes como el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, y el senador Luis Juez, son solo dos ejemplos de una crisis que lleva años gestándose.
En las últimas semanas, el PRO sufrió nuevas bajas. Diego Kravetz, ex secretario de Seguridad porteño, se sumó al círculo de confianza de Milei como número dos de la SIDE. Mientras tanto, Luis Juez anunció su intención de competir por la gobernación de Córdoba bajo el sello libertario, dejando atrás las filas del PRO.
La avanzada libertaria no se detiene. Entre los nombres que estarían en la mira del mileísmo figuran Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Diego Santilli, Ramón Lanús (San Isidro) y Santiago Passaglia (San Nicolás).
El único que parece decidido a romper con esta tendencia es el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri. En un acto reciente, llamó a revalidar el liderazgo del PRO en la Ciudad de Buenos Aires y desafiar la injerencia de los libertarios. “Venimos a defender nuestro territorio. Es hora de disputar el poder con firmeza”, expresó.
Sin embargo, las divisiones internas complican el panorama. El ex alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, evalúa postularse como senador nacional por la Ciudad, un movimiento que podría fragmentar aún más el voto amarillo. Su think tank, el Movimiento al Desarrollo (MAD), sería la base para construir una alternativa de centro tras la derrota en las PASO de 2023.
Con un mileísmo consolidado y el PRO enfrentando un éxodo de dirigentes, el futuro del partido amarillo parece incierto. ¿Podrán resistir la embestida libertaria o terminarán diluyéndose en la nueva era política?
La respuesta no es clara, pero lo que sí es seguro es que los próximos meses definirán el destino de un espacio que, hace apenas una década, lideraba cómodamente la escena política nacional.