Ambientalistas cuestionaron la extensión del parque costero en Punta Lara

05-08-2024 - Por Gabriel

Ambientalistas cuestionaron la extensión del parque costero en Punta Lara

Sectores ambientalistas cuestionaron la ampliación del Parque Costero de Punta Lara ya que entienden que la obra agravará “la destrucción del humedal y el paisaje ribereño rioplatense”. Le apuntaron así al anuncio que hizo la administración del intendente Mario Secco para comprar 1.500 tablestacas, como parte de una iniciativa que, según se anunció oficialmente,  permitirá “potenciar” la defensa de la costanera y “agregará más espacios de disfrute para las familias ensenadenses”.

Marcelo Martínez, quien supo presidir la ONG Nuevo Ambiente, afirmó que lo que se pretende es continuar “con un murallón insustentable y no inclusivo”. En ese sentido, le apuntó a la “degradación” que un proyecto de este tipo provoca sobre las costas y que ya impacta con la pérdida de los humedales costeros y con una reducción del espacio playero que superaría los 200 mil metros cuadrados.

Ubicado entre la calle 50 y la rotonda de Punta Lara, el Parque Costero consta en la actualidad de 1.000 metros lineales de extensión, con una vereda de 8 metros de ancho y un muro de defensa (realizado con tablestacas premoldeadas de hormigón) en la ribera del río de unos 3 metros de alto. La obra, inaugurada a principios de 2023 con un acto del que participó el entonces presidente, Alberto Fernández, fue ampliamente resistida por grupos de ambientalistas y vecinos autoconvocados que volvieron a levantar la guardia al enterarse de la nueva licitación. Según advierten, la idea es extender la traza otros 2 kilómetros hasta llegar a la altura del camping Grupo de Aficionados al Surf a Vela (Gasav), sobre la Avenida costanera Almte. Brown.

Para las Ong ambientales de la Región, lo que se proyecta es un “cambio ilegal” en la línea de la ribera, sin que medien estudios ni autorizaciones de organismos competentes. Además, cuestionaron que, desde su inauguración, la obra generó “una barrera arquitectónica de la que son víctimas las personas que padecen leves o grandes dificultades de movilidad o discapacidades, por ser limitadas al contacto directo con el río o la playa, a raíz de que las escaleras del mencionado Paseo Costero no son aptas para los vecinos por sus estrechas dimensiones, a la par que tampoco existen rampas para dificultades motrices”.