En una movida inesperada, los mozos de Casa Rosada se han reinventado como pasteleros para contrarrestar la pérdida de horas extras impuesta por el Gobierno Nacional. Tras meses de negociaciones infructuosas, los trabajadores han optado por esta insólita solución: ¡vender tortas y alfajores en los pasillos de la sede gubernamental!

La noticia saltó cuando la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, fue vista adquiriendo un bizcochuelo elaborado por los propios mozos. Según fuentes internas, Milei expresó su apoyo a estos emprendedores improvisados y elogió la iniciativa ante el subsecretario de Gestión Institucional, Eduardo “Lule” Menem.

Lo curioso es que Milei, antes de su incursión en la política, tenía experiencia en el mundo de la pastelería, siendo propietaria de la marca registrada “Sol Sweet”. Esta conexión personal parece haber influido en su respaldo a la nueva aventura culinaria de los trabajadores de Casa Rosada.

La medida surge como respuesta a la suspensión gradual de las horas extras, establecida por una resolución de enero del exsecretario de Transformación del Estado, Armando Guibert. Esta situación, sumada a meses de tensión y negociaciones infructuosas, llevó a los mozos a buscar alternativas para compensar la pérdida de ingresos.

Aunque algunos sectores gubernamentales mantienen que los trabajadores recibirán mejores sueldos si demuestran su compromiso y desempeño, para los mozos de Casa Rosada esta iniciativa representa una forma de resistencia ante el recorte horario y una oportunidad para asegurar sus ingresos en tiempos difíciles.