El combustible de la Scaloneta es el asado y los jugadores se pelean por hacerlo
El sueño del bicampeonato en la Copa América se ve fortalecido por la determinación y compromiso de los jugadores de la Selección Argentina, así como por los momentos compartidos alrededor de la comida durante sus concentraciones. Las redes sociales se han convertido en una ventana que permite a los fanáticos conocer detalles íntimos de la rutina diaria del equipo, incluyendo el famoso ritual de los asados, fundamental en los grandes desafíos deportivos.
Durante la preparación para el Mundial de Qatar, la delegación argentina llevó consigo parrillas especiales y más de 2.600 kilos de carne desde Argentina para recrear en el complejo de Ezeiza el ambiente gastronómico familiar. En estas ocasiones, quien lidera la cocina no es otro que Diego Iacovone, reconocido por su labor entre los futbolistas.
Recientemente, antes de un amistoso en Atlanta, el equipo disfrutó de un asado memorable, compartido en las redes sociales por Dibu Martínez. En el video, el arquero consulta a Diego sobre los cortes disponibles, destacando la entraña, la banderita, las achuras y otros favoritos del equipo.
Los jugadores no solo disfrutan del asado como parte de su dieta permitida, sino que también participan activamente en su preparación. Figuras como Nicolás Otamendi han sido vistos colaborando con Diego en la parrilla, aprendiendo y llevando estos conocimientos a sus hogares.
Además del asado, otro pilar en la alimentación de los jugadores es Antonia Farías, quien lleva más de una década trabajando en la cocina de la AFA. Ella es responsable de preparar los "premios" culinarios para los jugadores tras grandes victorias, como lo destacó Sergio Agüero después de la Copa América 2021.
El ambiente familiar creado por Iacovone y Farías es fundamental para el equipo, como lo demuestra la celebración conjunta de cumpleaños con Lionel Messi durante concentraciones importantes. Esta unión y cuidado en los detalles culinarios reflejan cómo la comida y la camaradería se entrelazan en la vida de La Scaloneta, alimentando tanto su espíritu como su rendimiento en el campo.