Kicillof entre el filo y el poder: ¿Podrá domar la interna K y frenar a La Cámpora?
Las notas iniciales revelan que Kicillof dispuso $37.500 millones al fortalecimiento municipal, distribuidos a 80 comunas –incluyendo intendentes radicales y PRO– como contraste con las medidas restrictivas de Milei.
Este acto no solo busca reforzar su gestión provincial sino también amainar los malos aires en el Conurbano, foco del peronismo, mostrando que “el gobierno bonaerense no abandona a los distritos, a diferencia del nacional”.
La convocatoria integró intendentes de la UCR y PRO, como Fernando Bouvier (Arrecifes), lo que evidencia que el gobernador apuesta a una rosca política amplia para escalar su poder electoral.
Este enfoque, que articula con visiones más “enojadas” que acusaron a Milei de cortar el hilo federal, busca posicionarse como “barra brava provincial”, con base territorial y músculo institucional.
Axel busca equilibrar entre orden peronista y defensa de CFK. El contraste es notorio: mientras CFK presiona por unidad con boletas conjuntas nacionales, Axel impone desdoblamiento y autonomía seccional.
Sus intendentes –algunos con discurso anti-Cámpora– se analizan como candidatos locales en caso de que Cristina ingrese en la Tercera sección, lo que alimenta la rosca electoral municipal.
Existen dos bloques en disputa: por un lado Máximo y CFK, con intendentes campoistas como Mendoza (Quilmes), Selci (Hurlingham), Susbielles (Bahía Blanca); por otro, Kicillof con Ferraresi, Espinoza, Mussi, Ghi, etc., que apuestan por listas propias o testimoniales.
Constituido el 31 de mayo de 2025, el MDF es la apuesta de Kicillof para disputar internamente con estructura y base territorial.
El objetivo: construirse como alternativa peronista moderna, con un discurso propio de “futuro” y espacio para intendentes críticos a CFK y el kirchnerismo duro.
El gobernador ya bajó líneas a su tropa municipal: los intendentes deberán mostrar trabajo territorial con el sello MDF, para garantizar estructura de base hacia las legislativas de septiembre.
Además, se concertaron reuniones en Gobernación para instruir una estrategia consistente que mantenga cohesión en distritos clave, sobre todo en la zona sur del GBA.
La rosca política se concentra en el armado seccional:
CFK ya evalúa intervenir con boleta propia si no logra conducción en cada sección.
Kicillof reclama presencia directa de intendentes en listas y la estructuración de internas todavía realistas, pese a acuerdos legislativos y PJ.
La estrategia apunta a que, con el desdoblamiento, la Provincia no siga el paso electoral nacional –y competir con una boleta centrada en lo territorial.
La pelea es también táctica: si CFK pisa fuerte en la Tercera, algunas comunas podrían quedar en jaque. Intendentes kicis podrían encabezar lo local, en maniobras de doble acuerdo.
Conurbano primera y tercera sección: epicentro del poder. Intendentes como Ferraresi (Avellaneda) y Espinoza (La Matanza) alinean con Kicillof, mientras Mayra Mendoza (Quilmes), Selci, Susbielles siguen a CFK.
Interior y sexta sección: Laprida, Coronel Rosales y distritos vecinos se movieron con actos de Kicillof y despliegue territorial camporista .
Municipios PRO/UCR: negociaciones con funcionarios nacionales (Milei) para obras mantienen a intendentes amarillos con comunicaciones abiertas, aunque fuertemente tensionados por el llamado a respaldar a Kicillof, dividido entre orden y rosca .
Presupuesto y fondos: el pago de $116 mil millones para municipios demostró que Kicillof negocia con PRO y UCR para asegurar gobernabilidad fiscal.
Seguridad: $70 mil millones se complementaron con críticas a corte de fondos por Milei para reforzar presencia de intendentes y blindar distritos contra la inseguridad.
Obras y deuda: en reclamo al gobierno nacional, Kicillof mantiene un discurso fuerte por la devolución de fondos y recompensó a municipios críticos .
Kicillof define su camino:
Legitimidad institucional: con fondos, obras y presencia territorial.
Ruptura táctica: con sello MDF, intendentes y desdoblamiento.
Frente a CFK y LLA: pugna por protagonismo interno vs. polarización nacional.