Soy parte de un partido político donde predominan los dirigentes jóvenes, la gran mayoría nacimos con la democracia ya consolidada y somos parte de la generación que no discute la misma.
Como liberales no podemos ni queremos discutir el sistema democrático, sabemos que incluso con sus fallas es la mejor forma de que el pueblo elija a sus representantes. Es por eso que repudiamos enérgicamente el atentado a la vicepresidenta de la Nación y pedimos el esclarecimiento de este hecho que sin duda conmocionó a todo el país.
Ahora bien, este aberrante intento de magnicidio no puede hacernos perder el foco de los problemas que atraviesa el país. La paz social solo puede lograrse con los argentinos llevando el pan a la mesa, con estabilidad económica que permita al pueblo proyectar a futuro y garantizando la seguridad de TODOS los habitantes de nuestro suelo.
Sin duda lo más importante para lograr la tan mencionada paz social es tener instituciones fuertes, no permitamos que se viole la independencia de los poderes usando como excusa los “discursos de odio”. No es discurso de odio la justicia independiente, no es discurso de odio el periodismo investigando e informando, no es discurso de odio la oposición cumpliendo su rol natural de criticar lo incorrecto y denunciar los delitos que los oficialismos cometan.
¿Existe el discurso de odio? Claro que sí, lamentablemente hay grupos fascistas y neonazis pero por suerte solo representan una minoría en la sociedad argentina.
La gravedad de los discursos de odio se encuentra cuando quienes ocupan cargos de relevancia en la política los utilizan para perseguir o atacar opositores, no podemos meter a todos en la misma bolsa pero como ensenadenses debemos reconocer que el intendente Mario Secco es uno de los más grandes generadores de violencia que tiene el Kirchnerismo.
¿No es discurso de odio parafrasear a Galtieri para atacar a otro espacio político? ¿No es discurso de odio insultar a quienes piensan distinto? ¿No fue discurso de odio cuando en un acto público el intendente atacó a los vecinos que protestaron contra la deforestación? ¿No es discurso de odio irrumpir violentamente en la legislatura bonaerense durante una sesión? ¿No es discurso de odio usar a la diputada Susana Gonzalez para atacar a fiscales y la justicia?
Volvemos a repetir que repudiamos con todas las fuerzas cualquier atentado a la democracia o a las instituciones que son pilares de la misma, pero también repudiamos la hipocresía del intendente Mario Secco al hablar de violencia u odio. Ojalá las preguntas hechas en esta carta lleven a la reflexión y de esa forma lograr la verdadera paz social que merecemos.