Santi Caputo, el gran aliado de Cristina: evitó esposas y tobillera apretando a jueces
En el TOF 2 esta vez no había acuerdo. Gorini pedía paz mientras Basso y Giménez Uriburu querían dureza. El mago del Kremlin le explicó por zoom a Gorini, que sería muy feo que se hicieran públicas unas carpetas reservadísimas de sus dos compañeros de tribunal que unos señores malos decían tener. Y como por arte de magia, se hizo la paz.
Desde la semana pasada, Santiago Caputo operó sobre el presidente del tribunal oral que condenó a CFK, el juez Jorge Gorini, para lograr la comunicación vía zoom de las condiciones de detención de la ex mandataria nacional y así evitar una marcha masiva y peligrosa para la seguridad pública y la tranquilidad que busca el gobierno violeta de Javier Milei.
El domingo por la tarde, luego de una charla pantalla a pantalla con Gorini, el mega asesor presidencial se aseguró definitivamente su objetivo pacifista, y sin bajar la pantalla de la notebook llamó al Javo para contarle y dejarlo más tranquilo. El titular del Tribunal Oral Federal N°2 le había pedido un rato para terminar de convencer a sus compañeros Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso y en 10 minutos llamó para confirmar que había acuerdo.
Si bien los integrantes del TOF 2 son muy unidos y sacan los fallos casi siempre por unanimidad, esta vez Gorini debió trabajar más de la cuenta para convencer a Basso y Giménez Uriburu de ablandar sus posiciones respecto de Cristina, dado un fuerte encono personal con ella y sus seguidores más directos (La Cámpora), que contamina sus decisiones judiciales y que esta vez estuvo a punto de hacer públicos sus peores defectos.
Para colegas y operadores judiciales, Gorini representa un modelo clásico de juez penal federal: apegado al expediente, inflexible con los pedidos de morigeración de penas y alejado del espectáculo mediático. "Es del ala dura. No le gusta el show y es muy estricto para otorgar domiciliarias. A Ricardo Jaime no le da nada, y eso que está mal de salud", lo definió un reconocido abogado penalista.
Participó en juicios resonantes. Uno de ellos lo colocó en el centro de atención mediática: en 2014 condenó a la exministra de Economía Felisa Miceli a 4 años de prisión efectiva por encubrimiento y sustracción de documento público, en el conocido caso de "la bolsa en el baño" del Palacio de Hacienda.
Gorini, que ahora tiene 57 años, egresó en 1992 como abogado de la Universidad de El Salvador y 4 años después se especializó en derecho penal. Su carrera judicial fue ascendiendo sin grandes sobresaltos hasta que asumió como juez del TOF 2 en septiembre de 2011, en plena primera presidencia de la mujer que ahora fue condenada por su tribunal. Previamente, fue titular del Juzgado Criminal N°36 en el fuero ordinario.