Durante el acto del fin de semana pasado, el video de Antonio Cafiero se repitió como un mantra. Una figura del pasado que, de repente, apareció para dar sentido a una pelea muy actual: la ruptura entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner. En el medio, el peronismo bonaerense se parte. ¿Qué significa esto? ¿Por qué Cafiero? ¿Y qué puede pasar ahora?

Para entender el presente, hay que mirar un poco para atrás. En 1985, Cafiero rompió con el viejo PJ, el del cajón de Herminio Iglesias, para renovar desde afuera. Perdió, pero ganó: fue gobernador y cambió la historia. En 2005, Néstor Kirchner hizo lo mismo: rompió con Eduardo Duhalde, armó el Frente para la Victoria, y con Cristina Kirchner como candidata, barrió al PJ tradicional.

Kicillof parece tomar esa posta. Dice que no quiere una pelea, pero arma su propio camino. Habla de 20 años, igual que el video de Cafiero, y lanza indirectas. Rodeado de intendentes del Conurbano y sindicatos, se planta. Sin la venia de Cristina. Sin la bandera de La Cámpora.

Todo empezó, según Máximo Kirchner, el 23 de octubre de 2023. Esa noche, Kicillof celebró su reelección con otra marca: “Derecho al Futuro”. Sin invitarlo al escenario. Desde entonces, La Cámpora lo ve como traidor.

Pero no es solo un problema de egos. Hay algo más profundo: una parte del peronismo quiere sacarse de encima a CFK. No es odio, es desgaste. Fallaron con Scioli, Alberto Fernández, Sergio Massa. Y ahora, buscan otra cosa. Aunque eso signifique perder.

En su discurso, Kicillof lo dejó claro: “Hace 20 años que el peronismo no gana las elecciones intermedias”. Y en esa frase se resume todo. Porque lo que está en juego no es solo quién conduce, sino si el peronismo puede volver a ganar.

La ex presidenta, mientras tanto, resiste. Recibe a todos en el Instituto Patria. Escucha. Negocia. Algunos dicen que podría ser candidata por la Tercera Sección Electoral: La Matanza, Lomas, Avellaneda, Quilmes. Una zona donde todavía conserva fuerza. Pero otros creen que lo suyo ya es pasado.

Y encima, está la justicia. La Causa Vialidad puede dejarla afuera para siempre. Un fallo corto, seco, del tipo que saca la Corte, puede cerrar su camino político de un plumazo.

Mientras tanto, en el conurbano, intendentes como Julio Zamora, Fernando Gray, y los Passaglia, ya se anotan para competir. Algunos lo hacen para sumar, otros para romper. El peronismo está en plena mutación.

Lo cierto es que la interna no se trata solo de nombres. También se trata del cansancio de la gente. El desinterés por la política roza el 50%. Y nadie parece tener la fórmula para recuperar a ese votante que dejó de creer.

¿Y ahora, Cristina? ¿Hay retorno o esta vez es posta? Lo que venga se va a parecer más a Cafiero en los ‘80 que a cualquier otra cosa. Porque 20 años no es nada… o puede ser todo.