UOCRA: hace 7 años, la GestaPRO de Macri y Vidal volteaba a los Medina | VIDEOS
Durante la tarde gris del martes 26 de septiembre de 2017 llovía suave sobre la ciudad de La Plata. En la mítica sede de la UOCRA de 44 entre 4 y 5, todo era corridas, desesperación e incertidumbre. Militantes, abogados y periodistas se chocaban en los pasillos.
Afuera, cortando la ancha avenida que une la estación de trenes con la Plaza Italia, miles de trabajadores de la construcción batían tambores de guerra, esperando ansiosos la llegada de las fuerzas de seguridad nacionales.
Unas horas antes, el juez federal de Quilmes, Luis Armella, había hecho lugar al pedido de la fiscal Silvia Cavallo, quien denunció a los Medina por extorsión y pidió una serie de medidas de prueba sobre un tiroteo ocurrido cerca de la obra.
Armella y Cavallo acusaban también al ‘Pata‘ Medina, de aprietes (nunca comprobados), que habrían obligado al retraso de las obras de la estación del ferrocarril Roca, en la zona del Parque Pereyra. En verdad era una trampa judicial.
Era el fin comienzo del fin de un reinado de 20 años. Las cartas ya estaban jugadas. Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, presidente y gobernadora de ese momento, habían armado la causa para encarcelar a los Medina y atemorizar al sindicalismo argentino.
La GestaPRO hacía su debut soñado, empapelando a uno de los dirigentes más emblemáticos del sindicalismo argentino, pero sin poder nacional. Medina conducía apenas de seccional La Plata de UOCRA y era un blanco fácil y visible al mismo tiempo.
Con todos los medios locales y nacionales en las puertas de la vieja casona de avenida 44, y algunos pocos, entre los que se encontraba PrimeraPagina.info, en el balcón del primer piso, Medina jugó su última carta.
A las 17:30, cuando la TV mostraba en cadena nacional a las fuerzas de seguridad desplegando en plena autopista CABA-La Plata, un operativo digno de un país en guerra, el Pata salió al balcón a dar su último discurso.
A su lado estaba su hijo Cristian “Puly” Medina, el heredero natural en el gremio y conductor de la enorme mayoría de obreros que abajo hacían el aguante a sus queridos líderes en apuros. El Puly era la promesa ilustrada de un futuro prolijo sin vejaciones empresariales.
Convencidos que la resistencia militante en el lugar traería consecuencias terribles para sus seguidores, dado que el ensañamiento macrista era evidente, los Medina decidieron ofrecer un discurso pacificador a su gente.
Sobre el altísimo balcón de la antigua casona azul y blanca, desde donde tantas veces repartieron trabajo en las asambleas multitudinarias de los viernes, esa tarde mandaron a los laburantes a sus casas y partieron ellos también a las suyas.
Cuatro horas más tarde, en plena noche, el Pata y el Puly eran apresados sin resistencia en sus casas de Punta Lara y Villa Tranquila. Sin embargo, el procedimiento de Gendarmería fue innecesariamente cinematográfico y obsceno.
Ni EE.UU. cuando mató a Osama Bin Laden hizo tanto escándalo como Macri y Vidal aquella noche húmeda del martes 26 de septiembre de 2017 en el partido de Ensenada. El Pata y el Puly eran los “villanos favoritos”.
Luego sobrevinieron años de cárcel, demonización, destrucción de la organización sindical y humillaciones de todo tipo para los Medina y sus familias. El vuelto amarillo que se comieron estos dirigentes del gremio de la construcción platense fue monumental.
Muchos empresarios platenses de la construcción están bañados de nacimiento por el oscurísmo y laserante ácido de la corrupción. Por eso, en absoluta coordinación intelectual con otro de los suyo, Mauricio Macri, idearon la GestaPRO.
La idea de correr a los Medina era imprescindible para desarrollar el proceso de precarización laboral para el sector, que exigían los sinvergüenzas empresarios platenses encabezados por Alejandro Guanzetti, en pleno proceso de construcción de edificios fuera de todas las reglas y amparados desde el municipio, cosa que finalmente ocurrió con el Pata y el Puly tras las rejas, hasta la llegada de Alak al municipio de las diagonales.
Después de varios años de no poder probar los hechos denunciados en el empapelado macrovidalista de 2017, mediante la temible GestaPRO sindical, los Medina fueron siendo liberados, con secuelas imborrables en sus mentes y en sus reputaciones.
Ahora, el Pata está retirado de la actividad sindical y disfruta de la paz de su histórica casa del barrio de Villa del Plata, mientras el Puly lidera, junto a su sobrino Braian Medina, el Frente de Agrupaciones Unidas, sector absolutamente mayoritario de la interna de los constructores platenses, a la espera de unas elecciones que le permitan llegar (7 años tarde) a la conducción de UOCRA La Plata.