Desde hace varios meses, medios internacionales anunciaron que Queen podría estar por vender su catálogo musical. Estos activos incluyen música grabada, publicaciones y otros ingresos adicionales como los de la exitosa peli de 2018 “Bohemian Rhapsody”, merchandising y licencias varias. Según parece, Sony Music estaría listo para comprar todo por la suma de 1.270 millones de dólares, lo que sería la mayor transacción de este tipo en la historia.

Según se informó, los únicos ingresos no incluidos en el acuerdo serían los generados por las actuaciones en vivo, que Brian May y Roger Taylor seguirían manejando mientras están de gira con Adam Lambert.

Queen es uno de los grupos de rock más importantes de la historia, con 52 millones de oyentes mensuales en Spotify, lo que hace que su catálogo sea altamente codiciado. Esto es especialmente cierto en un momento en que hay una gran demanda por la adquisición de catálogos musicales.

Las inversiones en estos activos son muy atractivas porque las canciones pueden ser utilizadas en películas, anuncios y otros medios, generando así ingresos por derechos de autor.

En los últimos años, varios músicos han decidido vender sus catálogos, como Bruce Springsteen en 2021, que lo vendió a Sony por unos 500 millones de dólares. Springsteen expresó su confianza en Sony Music, diciendo: “Durante los últimos 50 años, los hombres y mujeres de Sony Music me trataron con el mayor respeto como artista y como persona. Estoy emocionado de que mi legado continúe siendo cuidado por la compañía y la gente en la que confío”.

Sony también adquirió el catálogo completo de Bob Dylan en 2022 por 220 millones de euros y el 50% del catálogo de Michael Jackson por unos 600 millones de dólares.

La compra de derechos musicales puede ser muy rentable a largo plazo, especialmente con el aumento de plataformas de streaming desde 2020. Los mercados financieros muestran un gran interés en el material de artistas reconocidos, capaces de generar flujos estables de ingresos por la explotación de sus obras.

En octubre de 2021, Tina Turner vendió sus derechos musicales a BMG por una suma no revelada. Stevie Nicks, de Fleetwood Mac, hizo lo mismo con gran parte del catálogo del grupo, obteniendo alrededor de 100 millones de dólares. Neil Young, Blondie y Shakira también han firmado acuerdos similares por cantidades no especificadas.