Cables colgando, 18 horas sin luz, nadie que te atienda y las mil y una penurias. Eso es lo que los vecinos deben padecer con EDELAP, la distribuidora eléctrica monopólica del Gran La Plata. Una humillación tras otra.

Silvia Franco tiene una hija discapacitada y existe una ley que indica que no se puede dejar sin corriente eléctrica a esas personas. Pero en Edelap nadie la leyó.

Como para muestra basta un botón, entrevistamos a Silvia Franco, una lectora de LaMovidaPlatense.com.ar, que vive en la zona de calle 62 entre 28 y 29, en la zona Oeste del casco urbano de la ciudad de La Plata.

El detalle de lo que le ocurrió ayer a ella y a sus vecinos, en un amplio sector de cobertura de Edelap, contado por la propia damnificada, sirve para graficar una situación que ya se deja ver como insostenible.

La concesión de EDELAP pende de un hilo y siguen tirando de la cuerda.

Tuvieron que tirar todo lo que había en la heladera por la falta de frío. Agradecen a Dios que no se les quemó ningún electrodoméstico, como suele suceder. "A mi me cortaron la luz a las 6 de la mañana y volvió a las 12:30 de la noche", dijo Silvia.

La falta de calidad del servicio, la mala atención al cliente, la indolencia ante la desesperación de los usuarios, llevan a pensar que si semejante curro estuviera repartido y no en manos de una sola empresa, es probable que no se atreverían a tanto.