Durante el debate de la Ley ómnibus en la cámara baja, una activista de Greenpeace irrumpió en la sesión para expresar su rechazo a algunas de las modificaciones propuestas en el proyecto. La mujer desplegó un cartel con el mensaje "el ambiente no se negocia" y gritó la misma consigna frente a todos los presentes en el recinto.
La intervención de Greenpeace ocurrió mientras los legisladores discutían diversos aspectos del proyecto, siendo los cambios en las normas sobre glaciares, quemas, manejo del fuego y bosques algunos de los puntos que generaron la protesta de la organización ambientalista.
La activista buscó llamar la atención sobre la importancia de preservar el medio ambiente y expresar su oposición a las modificaciones que, según Greenpeace, podrían tener impactos negativos en la protección de recursos naturales clave.
La acción de la activista resalta la tensión y la atención en torno a la legislación propuesta, subrayando las discrepancias y la sensibilidad de ciertos temas ambientales dentro del ámbito legislativo.