Riesgos invisibles en la comida: cómo la ISO 22000 puede proteger la salud y abrir mercados

Columna escrita por Fernando Arrieta, Director Regional de G-CERTI Global Certification

20-05-2025 - Por Noticias Ensenada

Riesgos invisibles en la comida: cómo la ISO 22000 puede proteger la salud y abrir mercados

En una góndola todo parece simple: el alimento está, se ve bien, tiene marca. Pero detrás de cada producto hay una cadena compleja, y cuando algo falla —una contaminación, una mala práctica, una norma mal aplicada—, las consecuencias pueden ser enormes. En 2023, más de 500 empresas alimentarias en Argentina fueron inspeccionadas por el SENASA por irregularidades vinculadas a la trazabilidad, higiene o calidad de los productos. Y aunque la mayoría fueron resueltas a tiempo, los casos de retiros masivos y alertas sanitarias siguen en aumento.

Argentina es potencia en el rubro: la industria alimentaria representa más del 30% de la producción industrial nacional y cerca del 9% del PBI. En términos de comercio exterior, las manufacturas de origen agropecuario alcanzaron exportaciones por 29.675 millones de dólares en 2023, con un crecimiento del 37,2% interanual. Sin embargo, la presión para cumplir estándares internacionales de inocuidad es cada vez mayor.

Mientras Europa y Asia exigen mayores garantías, muchas PYMEs locales no cuentan con sistemas sólidos para detectar riesgos alimentarios antes de que lleguen al consumidor. La falta de automatización, protocolos claros y certificaciones válidas limita tanto la competitividad como la capacidad de respuesta ante crisis.

Y si bien algunas grandes empresas ya operan con estándares internacionales, el grueso del sector sigue operando con criterios dispares, muchos de ellos desactualizados o informales.


ISO 22000: un marco internacional para prevenir, ordenar y crecer


La norma ISO 22000 establece los requisitos para implementar un sistema de gestión de la inocuidad alimentaria. Integra los principios del sistema HACCP, buenas prácticas de manufactura (BPM) y un enfoque basado en procesos.

Aplicable a todos los eslabones de la cadena alimentaria, desde la producción primaria hasta la comercialización, permite:

  • Detectar y controlar riesgos a tiempo, reduciendo la posibilidad de contaminación química, biológica o física.
  • Demostrar cumplimiento ante autoridades regulatorias nacionales e internacionales, con documentación trazable y procesos estandarizados.
  • Acceder a nuevos mercados, ya que muchos países exigen este tipo de certificaciones para importar alimentos.
  • Mejorar la eficiencia interna, al ordenar procesos, reducir desperdicios y prevenir errores repetitivos.

No se trata solo de cumplir con un papel: se trata de garantizar que lo que llega a la mesa sea seguro, controlado y confiable. Y eso impacta tanto en la salud pública como en la confianza del consumidor y la estabilidad comercial.


Conclusión


La industria alimentaria argentina tiene todo para ser líder en la región: recursos, talento, infraestructura y proyección global. Pero también enfrenta desafíos urgentes vinculados a la inocuidad, la trazabilidad y el cumplimiento de normativas.

La implementación de la norma ISO 22000 es una herramienta clave para dar ese salto: pasar de reaccionar ante problemas a prevenirlos. De competir solo por precio, a hacerlo también por calidad y confianza. El mercado está cambiando. Los consumidores también. Y la oportunidad es ahora


Columna escrita por Fernando Arrieta, Director Regional de G-Certi Global Certification.