En un contexto donde muchas películas icónicas han tenido segundas partes inesperadas, ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? parecía una candidata natural para un regreso triunfal.

Sin embargo, Robert Zemeckis, director de la película original, enfrió las expectativas de los fans en una reciente entrevista con Josh Horowitz en el podcast Happy Sad Confused.

Zemeckis confirmó que, aunque existe un guion de calidad escrito por los guionistas originales Peter Seaman y Jeffrey Price, ve improbable que Disney lo lleve a la pantalla.

La razón principal es la postura conservadora del estudio, especialmente en lo que respecta al personaje de Jessica Rabbit.

Zemeckis explicó que “el Disney actual nunca haría a Roger Rabbit” debido a la dificultad de adaptar la representación de Jessica Rabbit a las sensibilidades de la era moderna.

“No pueden hacer una película con Jessica en ella”, aseguró el director, aludiendo a la censura simbólica que ya sufrió el personaje en el parque temático de Disneyland, donde su imagen fue modificada y “atada con una gabardina”.

La negativa de Disney a realizar una secuela de ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? ilustra una de las grandes paradojas del cine actual: mientras que los estudios buscan capitalizar el legado de sus clásicos con remakes, secuelas y reboots, la presión por mantener una imagen políticamente correcta se ha vuelto una barrera.

En los últimos años, Disney ha demostrado que está dispuesto a modificar o suavizar elementos en sus películas clásicas, tal como sucedió con Jéssica Rabbit en los parques temáticos, para ajustarse a las normativas y sensibilidades actuales.

Sin embargo, la eliminación de personajes con una carga visual o narrativa particular no solo afecta la autenticidad de sus representaciones, sino que también diluye su poder como íconos culturales.

Jéssica Rabbit, por ejemplo, fue concebida como una femme fatale con una estética que rompió moldes y se convirtió en un símbolo de la cultura pop de los años 80.

Limitar su presencia o suavizar su figura en una secuela podría hacer perder gran parte de la esencia que volvió a ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? en una obra única.

La negativa de Disney a producir una secuela de ¿Quién Engañó a Roger Rabbit? es, de alguna manera, un recordatorio de cómo algunos estudios prefieren evitar los riesgos creativos en lugar de innovar dentro de su propio legado.

Zemeckis no dudó en expresar su desencanto por la postura del estudio y, aunque reconoce que existe una gran historia esperando ser contada, no parece tener muchas esperanzas de que el proyecto avance bajo las actuales políticas de Disney.

La pregunta de si algún día veremos a Roger y Jéssica en la pantalla nuevamente queda abierta, pero la respuesta parece inclinarse hacia una dirección decepcionante.

En un panorama cinematográfico donde los fans valoran la nostalgia, Disney podría estar perdiendo una oportunidad de conectar con una nueva generación mientras rinde homenaje a quienes crecieron con este icónico filme.