¡Criptogate en Cosquín Rock! una rebelión contra Milei

Pasó el fin de semana en el Cosquín Rock, mucha música, mucho pogo y mucha política. Además, quien no pasó desapercibido, fue Javier Milei.

17-02-2025 - Por 

Si hay algo que quedó claro este fin de semana en el Cosquín Rock es que los músicos argentinos no solo saben tocar la guitarra, sino también las fibras sensibles del gobierno. La sorpresa de la noche la dio Andrés Ciro Martínez, quien reescribió la historia (o al menos la letra) de “Llevátelo” y metió a las criptomonedas en la lista de sustancias dudosas.

En una jugada digna de un inversor en Bitcoin un lunes a la mañana, Ciro cambió “tanta cocaína” por “tanta criptomoneda” y dejó en evidencia que la economía nacional tiene más volatilidad que un pogo de Los Redondos.


Continuó la rebelión


Pero la cosa no terminó ahí. Nicki Nicole, envuelta en su capa de heroína del trap, se sumó a la revuelta con un “Con la música no” en apoyo a Milo J, cuyo recital en la ex ESMA fue suspendido. A esta altura, la justicia parece tener más filtros que Instagram y solo falta que también le cancelen el WiFi a Duki por cantar sobre la luz apagada.

Dillom, siempre dispuesto a encender la mecha, tomó el micrófono y defendió a María Becerra con una frase que bien podría ser eslogan de campaña: “El que se mete con María BCRA, se mete conmigo”. Entre tanto ajuste y recortes, el Banco Central de la Música Argentina sigue funcionando con reservas de talento, pero en modo cepo cuando se trata de críticas al gobierno.

Por su parte, Lali Espósito, en su rol de ministra de defensa del pop, también salió al cruce de Milei, recordándole que los artistas, además de saber cantar, también tienen opiniones. La cantante se expresó con un claro mensaje: “Primero, somos seres humanos de a pie, ciudadanas”, lo que sugiere que, al menos hasta que Elon Musk nos regale un cohete, la mayoría de los músicos seguirán caminando por el suelo como el resto de los mortales.

Mientras tanto, Emiliano Brancciari de No Te Va Gustar alzó la bandera de la resistencia cultural contra el agravio y la censura. Parece que el Cosquín Rock de este año no solo trajo música y pogo, sino también un capítulo más de la guerra entre la política y el arte.

¿Será este el comienzo de un nuevo género musical: el rock cripto-punk libertario? Solo el tiempo (y el mercado) lo dirá.