Hugo Sopi es un viejo y cuchilero vecino de Villa Garibaldi. Varias personas se habían quejado de sus prácticas “campechanas” de andar haciendo justicia con el facón en mano y los aires de patrón de estancia, en una zona rural que limitra con Magdelana, bien al sur de La Plata.

En las últimas horas, rememorando su infancia en el campo, Sopi no tuvo mejor idea que cortarle el cuello a un perro labrador que ladraba en la esquina de 14 y 664. No contaba, sin embargo, que algunos vecinos habían puesto cámaras por la inseguridad y quedó filmado.

UNA LACRA QUE NO MERECE VIVIR: El viejo cuchellero de Villa Garibaldi, Hugo Sopi, fue arrestado y pasará algunas horas en el destacamento policial de Arana, ubicado en 131 y 637 y se le inició una causa por maltrato animal.

Al podre perrito, que en un principio intentaron salvarle la vida en una de las dos veterinarias que están sobre la avenida 659 de Parque Sicardi, ya no le quedarán más ladridos para cuidar su territorio.

Pero al hombre le cabe una condena social de por vida, que le impedirá circular por las calles o hacer mandados en una zona que venía siendo tranquila, pero que lamentablemente arrastra varios antecedentes de “gauchos hijos de re mil putas” que se hacen los malos con animales inocentes y arreglan los problemas o las molestias con el cuchillo.

Hace 2 años, otro vecino de la calle 665 y 9 terminó disparando contra algunos perros y gatos que merodeaban su casa.

También en la misma zona, una cuadra más al Este, una mujer policía que cumplía funciones como administrativa en la Comisaría Novena de La Plata, pero que tiene su casa usurpada en 8 y 665, no tuvo mejor idea que andar envenenando gatos, cuando los felinos merodeaban un canario que lucía orgullosa en una jaula a la vista de todos.

El maltrato animal en la zona de Parque Sicardi y Villa Garibaldi se han convertido en una constante en los últimos tres años desde la calle 663 a 669 y desde 8 inclusive hasta 15.

En este caso, el gaucho Sopi quedó detenido y probablemente en las próximas horas logre su libertad mientras afronte un proceso por maltrato animal. Sin embargo, el pobre perrito degollado, tras sufrir y desangrarse en plena calle, la mira desde el cielo.