El barrio UOM de Ensenada se cae a pedazos
En el corazón de Ensenada, las torres del Barrio UOM enfrentan un deterioro acelerado que pone en riesgo la seguridad de sus habitantes. Con grietas en las paredes, humedad constante y vibraciones causadas por el tránsito pesado, 16 familias aún esperan una solución definitiva. Aunque algunas ya fueron reubicadas, este grupo sigue reclamando condiciones de vida dignas.
Desde su construcción, los departamentos del Barrio UOM han sufrido problemas estructurales. Las familias denuncian que las cañerías y los sistemas eléctricos están completamente obsoletos, mientras que cada tormenta agrava los problemas de humedad. Las torres H y E son las más afectadas, y en esta última, las grietas profundas y el desprendimiento de mampostería son señales evidentes de su desgaste.
Además, las vibraciones provocadas por el tránsito pesado que circula en la zona han contribuido al debilitamiento de la estructura. Esto genera un ambiente de inseguridad constante para los vecinos, quienes describen su situación como insostenible.
En 2023, unas 40 familias del Barrio UOM fueron trasladadas al barrio General Belgrano II tras ganar un juicio que demoró más de 20 años. Sin embargo, 16 familias quedaron excluidas del proceso judicial, ya sea por no cumplir con los requisitos legales o por no ser los propietarios originales de los inmuebles.
Estas familias aún permanecen en las torres, lidiando con problemas que afectan directamente su calidad de vida. En octubre de este año, presentaron un petitorio al Instituto Provincial de la Vivienda solicitando una inspección técnica y el traslado a viviendas en condiciones seguras.
Los vecinos no solo enfrentan problemas estructurales, sino también un deterioro general que afecta su salud y seguridad. En el petitorio, detallan:
- Grietas profundas: presentes en paredes, techos y pisos, que amenazan la estabilidad de los departamentos.
- Humedad: cada tormenta empeora las filtraciones, aumentando las condiciones insalubres.
- Cañerías y sistemas eléctricos: obsoletos, con alto riesgo de cortocircuitos y filtraciones.
- Vibraciones: el paso constante de camiones y vehículos pesados provoca movimientos que agravan las grietas y debilitan la estructura.
“Queremos vivir sin miedo, en un lugar seguro para nuestras familias. No es mucho pedir", expresaron los vecinos en el documento enviado al Instituto de la Vivienda.
Las imágenes enviadas por los vecinos muestran un panorama preocupante: mampostería caída, paredes que parecen a punto de colapsar y condiciones que, como ellos mismos describen, “se caen a pedazos”.
Aunque el traslado al barrio General Belgrano II ofreció una solución para algunas familias, este grupo de 16 departamentos continúa esperando. Para ellos, la única salida es la reubicación inmediata en un entorno seguro.
El drama del Barrio UOM refleja la necesidad urgente de priorizar las obras de vivienda y garantizar que ningún vecino quede en el olvido. Ensenada no puede seguir permitiendo que más familias vivan con miedo, rodeadas de paredes que podrían ceder en cualquier momento. La solución no puede seguir postergándose.