El domingo pasado, el barrio de Villa Hudson, en Florencio Varela, fue testigo de escenas de pánico cuando una balacera entre bandas narco estalló a plena luz del día. Un tiroteo en las inmediaciones de la calle Marcos Sastre dejó a los residentes escondiéndose, incluidos jugadores y espectadores en una canchita de fútbol 5 cercana.
La intensidad de los disparos, registrada en un video por un testigo, mostró la gravedad del enfrentamiento. Aunque no hubo heridos, las balas perdidas causaron daños en varias viviendas del área.
La rápida respuesta policial, con aproximadamente 10 patrulleros persiguiendo a los delincuentes, no logró capturar a los sospechosos, quienes escaparon en motos y un Volkswagen Golf azul.
Horas más tarde, en La Matanza, una situación similar interrumpió un vía crucis cuando la Policía Bonaerense enfrentó a delincuentes en Villa Palito. El operativo terminó con un arresto y reveló que el automóvil utilizado fue robado en la Ciudad de Buenos Aires.
Estos eventos resaltan la creciente violencia narco en las comunidades y la necesidad de medidas urgentes para abordar el problema.