Explorando el mundo del cosplay: más que disfraces, una pasión por la cultura pop
El amor por un personaje puede manifestarse de diversas formas, siendo el cosplay una de las más llamativas. A menudo malinterpretada como simplemente usar disfraces, esta práctica va más allá, como nos reveló una cosplayer en una charla sobre su estilo de vida.
¿Qué es el cosplay en realidad? La palabra proviene de la combinación de "costume" y "play", y se refiere a la interpretación de personajes mediante vestimentas.
Es una manera de divertirse al transformarse temporalmente en alguien más, no solo de manga, anime o videojuegos, sino también de películas, series y libros.
Sobre su origen, según Edgar Peláez, candidato a doctorado en la Universidad de Waseda, el cosplay moderno no tiene un inventor específico, aunque figuras como Myrtle R. Douglas y Forrest J. Ackerman marcaron pauta al disfrazarse en la primera World Science Fiction Convention en 1939.
El término "cosplay" fue acuñado por Takahashi Nobuyuki en 1984 para describir esta práctica en convenciones japonesas, solidificando su identidad como parte del fandom global. Más que un pasatiempo, el cosplay se ha convertido en un estilo de vida.
En México, su popularidad creció con convenciones como Conque y MECyF en los años 90, seguidas por eventos como TNT y La Mole, donde los cosplayers comparten su pasión y habilidades tanto en persona como en redes sociales.
¿Cómo se hace un cosplay? Para los cosplayers, el proceso comienza con la elección del personaje y la búsqueda de materiales de alta calidad, cruciales para capturar la esencia del personaje.
Desde la creación de patrones hasta detalles como pelucas y accesorios, cada aspecto del traje puede requerir tiempo y recursos significativos, llegando a costar alrededor de 10 mil pesos mexicanos o más, especialmente por telas especializadas.