En la sociedad contemporánea, la sexualidad sigue rodeada de tabúes y estereotipos, especialmente cuando se trata de edades avanzadas. No obstante, un enfoque emergente conocido como inteligencia sexual está ganando atención entre especialistas y aquellos que buscan una vida sexual plena y satisfactoria.

La inteligencia sexual, acuñada por Sheree Conrad y Michael Milburn de la Universidad de Massachusetts, va más allá del simple acto físico. Se refiere a la habilidad para experimentar y proporcionar placer de manera dinámica, integrando aspectos emocionales, cognitivos y comunicacionales en cada encuentro sexual. Este concepto implica desarrollar habilidades como autoconocimiento, empatía, comunicación efectiva y apertura hacia nuevas expresiones de erotismo.

Conrad y Milburn señalan que, a pesar de la importancia que muchas personas le dan a la sexualidad, es común enfrentar insatisfacciones, disfunciones sexuales y problemas de comunicación en pareja. La inteligencia sexual busca transformar este panorama, fomentando una experiencia sexual más enriquecedora y completa, donde el placer sea mutuo y la conexión emocional sea profunda.

Para alcanzar la inteligencia sexual, es fundamental la comunicación abierta y honesta sobre deseos y necesidades con la pareja, así como aceptar los cambios físicos y emocionales que acompañan el envejecimiento. La educación continua sobre salud sexual y la exploración de nuevas prácticas y tecnologías también son clave para mantener una vida sexual satisfactoria a cualquier edad.