Desde hace siglos, la pregunta sobre cuántas personas puede albergar nuestro planeta ha inquietado a científicos y expertos en demografía. En un artículo reciente, Joel Cohen, autor del influyente libro "¿Cuántas personas puede sustentar la Tierra?", destaca la diversidad de estimaciones que han surgido a lo largo del tiempo, desde las 13.400 millones de personas pronosticadas por Antoni van Leeuwenhoek en 1679 hasta las más recientes proyecciones del siglo XX que oscilan entre los 4.000 y los 16.000 millones.

Actualmente, con una población mundial de aproximadamente 8 mil millones de personas, el crecimiento demográfico sigue siendo un tema candente. Adrian Raftery, profesor de estadísticas y sociología en la Universidad de Washington, sugiere que la Tierra podría alcanzar una capacidad máxima de alrededor de 11 mil millones de habitantes para el año 2100, aunque otros como Cristopher Tucker advierten que incluso esta cifra podría ser insostenible.

El ritmo de crecimiento actual, con 80 millones de personas adicionales cada año, plantea desafíos significativos para la sostenibilidad del planeta. A medida que las ciudades continúan atrayendo a más habitantes, surgen preocupaciones sobre la capacidad de estas áreas urbanas para gestionar el aumento de la población.

Sin embargo, planificar el crecimiento demográfico presenta dificultades. Intentos como la política del hijo único en China han tenido consecuencias imprevistas, y la redistribución de la población de las zonas rurales a las urbanas parece ser una tendencia inevitable.

En este contexto, la inversión en el bienestar de las mujeres y las niñas emerge como una estrategia clave para controlar el crecimiento poblacional. Tucker argumenta que sociedades donde las mujeres tienen acceso a la educación y la planificación familiar tienden a tener tasas de fertilidad más bajas.

Los expertos coinciden en que el pico de la población mundial podría ocurrir hacia finales del siglo XXI, momento en el cual se espera que la fertilidad disminuya y la población comience a estabilizarse. Sin embargo, más allá de las cifras, el enfoque debería centrarse en acciones concretas para mejorar las condiciones de vida de las generaciones presentes y futuras.

En última instancia, la pregunta sobre cuántas personas puede soportar la Tierra puede llevarnos a reflexionar sobre cómo podemos trabajar juntos para construir un futuro más sostenible y equitativo para todos.